Ryu es sordomudo. Su hermana está gravemente enferma y necesita un transplante de riñón. No aparece nigún donante apropiado. La sangre de los dos hermanos es incompatible, por lo que Ryu tampoco puede ayudarla. Cuando lo echan del trabajo, decide que la situación es lo bastante desastrosa y se pone en contacto con una mafia de tráfico de órganos para darles uno de sus riñones y todo su dinero a cambio de un riñón para su hermana. Sin embargo, la mafia lo engaña y Ryu se encuentra sin dinero, sin su riñón y sin obtener nada a cambio. Entonces, aparece un donante, pero... sin el dinero, no pueden permitirse pagar la operación.
Así comienza Sympathy for Mr. Vengeance (Boksuneun naui geot, en coreano), de Chan-wook Park. La película vio la luz en 2002 y es la primera entrega de la llamada trilogía de la venganza de este director, que se completa con Old Boy (seguramente la más conocida, pero que, personalmente, me parece inferior a la primera) y Sympathy for Lady Vengeance.
Las localizaciones (edificios abandonados, fábricas mugrientas, barrios marginales, ríos solitarios...), la narrativa, las escenas crudas (sangrientas o simplemente desagradables) y la concepción sonora de la película (que juega a combinar escenas estruendosas con otras en silencio absoluto, como reflejo de la sordera del protagonista)... Todo está encaminado a potenciar nuestra sensación de desasosiego.
Pero lo mejor, es, sin duda, el soberbio guión. En Sympathy for Mr. Vengeance, las ironías de la vida se convierten en terribles sarcasmos. La suerte de los protagonistas se tuerce (como en toda gran tragedia) una, otra y otra vez, hasta que la única solución es una espiral de venganza y muerte. Las violentas venganzas no son más que palos de ciego de unos personajes perdidos y atrapados por unas situaciones de las que no son enteramente culpables, en las que la “suerte” juega un papel principal.
Una historia que, en resumen, mucho más que de la venganza, nos habla de la desesperación que sentimos cuando nos es imposible creer que el azar rige nuestras vidas y nos parece que hay un Destino, una Fatalidad, que se ríe en nuestras caras.
Sympathy for Mr. Vengeance (o cómo la ley de Murphy puede regir nuestras vidas)
viernes, 7 de diciembre de 2007
Publicado por Pap en 18:06
Etiquetas: CineTV, Sympathy for Mr. Vengeance
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